miércoles, 22 de junio de 2011

Néstor. P. Braidot: "Neurociencias y Neuromárketing, un desafío para las democracias contemporáneas"


(PARA VER EL VIDEO CORRECTAMENTE, EN CASO DE QUE ESTE NO CORRESPONDA AL DE LA CONFERENCIA DE BRAIDOT, VER DIRECTAMENTE EL POST DE ESTA ENTRADA)
.

Néstor Braidot, Director del Centro de Investigaciones en Neurociencias y Prospectiva de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina), presentó el pasado lunes 13 de junio en la Llotja del Cànem su conferencia titulada “Neurociencias y Neuromárketing, un desafío para las democracias contemporáneas”. Con ella, se puso el broche final al III Ciclo de Conferencias “La democracia hoy: razones y emociones en la vida democrática”, organizado por el Departamento de Filosofía y Sociología de la Universitat Jaume I de Castellón, el cual, a lo largo de sus cinco sesiones, ha disfrutado de una gran acogida en el seno de la sociedad castellonense.
.
En su conferencia, Braidot presentó la relevancia de las neurociencias como herramienta para entender, explicar y comprender el comportamiento del electorado y votantes, así como la relación o el traspaso de las técnicas empleadas en el campo del neuromárketing empresial al político.
.
Según las investigaciones en este campo, parece ser que “la mayor parte de las decisiones que tomamos tienen un origen no consciente” que puede rastrearse en el “lado reptiliano de nuestro cerebro”. En este sentido, el mayor conocimiento sobre el funcionamiento del cerebro en la toma de decisiones ha tenido no sólo su influencia en el desarrollo del marketing comercial sino, también en el terreno de la política, surgiendo así una nueva disciplina conocida como “neuropolítica”. Esta nueva rama de las ciencias, señaló Braidot, permité, a su vez, desarrollar el terreno de las “neurocomunicaciones como estrategias avanzadas a la hora de captar la atención del electorado y lograr los niveles y de impacto y recordación necesarios”.
.
Así mismo, en relación con el terreno de las neurociencias, Braidot ha señalado cómo el denominado “efecto priming” (asociación inconsciente de ideas ante determinados estímulos) puede utilizarse en neuropolítica para “activar ciertas ideas que influyan positivamente en el comportamiento del electorado” a la hora de tomar decisiones en el ejercicio de su derecho al voto. No obstante, las consideraciones éticas, ha recordado Braidot, siguen siendo de una relevancia fundamental ya que”ninguna acción en materia de neuropolítica escapa al hecho de que el elemento más importante de la opinión pública es el vínculo que existe entre las acciones de los gobernantes y sus efectos en los gobernados”.

viernes, 17 de junio de 2011

Feuerbach y el materialismo de la Ilustración francesa

En cierto sentido, puede afirmarse -creo- que Feuerbach forma parte del movimiento histórico-intelectual de la Ilustración. Armin Schönthaler, en su estudio Emenzipation und Verantwortung (1990) lo menciona ya, por ejemplo, en el subtítulo “Filosofía ilustrada de Feuerbach”, expresando así en su obra cómo se encuentran ya en Feuerbach, de hecho, representaciones, ideas y maneras de pensar que eran ya conocidas por la Ilustración francesa. Oskar Ewald, en su trabajo sobre la filosofía de la Ilustración francesa tituloado Die französiche Aufklärungsphilosophie (1924) extrajo, en este sentido, sus características comunes, a saber:
.
  1. Todo conocimiento proviene de los sentidos. Este principio del sensualismo es  también, para feuerbach, tras su ruptura con la especulación hegeliana, un importante momento de su filosofía.
  2. El autoconocimiento está subordinado y es dependiente del conocimiento objetivo. Se trata de una orientación objetiva que se contiene, en la mayoría de los casos, dentro de los límites de la experencia y que progresa en extremo hasta el materialismo.
  3. No existe más que una Naturaleza uniforme que establece leyes universales, constantes y eternas. Esta es la concepción del naturalismo que encontramos también, principalmente, en Feuerbach.
  4. También el hombre se supedita a estas leyes, es un ser natural y la diferencia entre él y los animales y las plantas es, por tanto, únicamente una diferencia de grado. No existe ningún conocimiento de una sustancia espiritual o anímica que le sea propia al hombre a distinción de los organismos de orden inferior.
  5. Lo más elevado a lo que el hombre puede dirigirse es al conocimiento de esta legislación natural y al aprovechamiento práctico y cultural de la misma. El espíritu humano no puede, aún cuando esté tan bien desarrollado, avanzar hasta la supuesta esencia de los fenómenos, sino que debe limitarse a registrar y captar las relaciones que se dan entre tales fenómenos. El máximo desarrollo de esta capacidad es denominado “genio”.
.
De estos principios de la Ilustración (compartidos en parte por Feuerbach) se desprenden, además, dos consecuencias:
  • El hombre no es libre, sino determinado por impulsos de su naturaleza. La lucha contra los afectos, inclinaciones y pasiones es, por ello, carente de sentido e, incluso, dañina; pues tal lucha considera falsamente que su eliminación equivale a una condena a la inútil inactividad y pasividad.
  • La Ilustración surge a partir de que los desarrollos histórico-sociales y las adhesiones cristiano-dogmáticas (o religiosas por excelencia) conducen a prejuicios.  Estos prejuicios deben ser resueltos y superados en tanto que los fundamentos históricos son nuevamente reconsiderados y los prejuicios superados por medio de la clarificación científica y racional. Representativo para el pensamiento de la Ilustración es, en este sentido, la obra de Holbach, en especial sus Lettres à Eugénie ou préservatif contre les préjugés (1768) y su Essai sur les préjugés (1770). La Ilustración tematiza, por ejemplo, también los prejuicios masculinos contra las mujeres. Holbach mostró en este sentido un punto de vista bastante moderno. Así, se mostró a favor de una mejor formación y educación de las mujeres y criticó el puesto excepcional reivindicado por los hombres en lo referente a la moral conyugal. Holbach considera como principal traba para el desarrollo de las mujeres su estrecha simpatía por la fe. Las imagionaciones y reperesentaciones religiosas tienen una fuerza tal sobre el ánimo que apenas se puede uno liberar de ellas ya que, por medio de la costumbre, acaban por convertirse en necesidades, siendo los sacerdotes los que sacan partido de esta situación.
Aquí, en este último punto, se encuentra, de hecho, otro de los elementos (si  no el más explícito) que conecta la filosofía feuerbachiana con la Ilustración francesa, de la que, en parte, es heredero.

martes, 15 de febrero de 2011

Adela Cortina: "Ética cívica transnacional"

Necesita tener el Flash Player



Adela Cortina, Doctora Honoris Causa de la Universitat Jaume I y Miembro de la Real Académica de Ciencias Morales y Políticas impartió hace ya dos años (29/04/2009) la conferencia “Ética cívica transnacional” en el Edificio Hucha de Castellón. Dentro del Ciclo de Conferencias “La Democracia hoy: el papel crítico de la Sociedad Civil” organizado desde el Departamento de Filosofía y Sociología de la Universitat Jaume I.
.
En el marco de este ciclo de conferencias sobre la democracia insistió en la imperiosa necesidad de desarrollar en las instituciones y de encarnar desde la ciudadanía una ética cívica transnacional en los diferentes ámbitos de la vida pública y política. Entendiendo que una ética de este estilo, en el contexto de sociedades moralmente pluralistas como la nuestra, “es aquella en la que se articulan las distintas éticas de máximos que en esa sociedad se ofertan, algunas de las cuales son religiosas y otras seculares, desde una ética de mínimos de justicia por debajo de los cuales es imposible caer sin incurrir en humanidad”.
.
Pero además abundó en la importancia que tiene hoy en día que el desarrollo de esa ética cívica se produzca desde el “corazón”. Siguiendo la línea de uno de sus últimos libros publicados sobre esta temática “Ética de la razón cordial” [Ediciones Nobel], subrayó que la ética de hoy no puede basarse solo en la razón sino que debe atender también a otras dimensiones humanas, como el sentimiento, los valores, los intereses y la compasión. Apoyándose en Pascal afirmó que “hay razones del corazón que la razón no entiende”. Por lo que, hay que conocer la verdad, pero también la justicia, y solo una razón cordial, que atiende al corazón, puede descubrir lo justo. Llegando a afirmar con rotundidad que “el que no se indigna y siente dolor ante el dolor ajeno no puede tener sentido de la justicia”, de ahí la importancia de una educación en la ciudadanía partiendo de estos presupuestos.
.
La vitalidad ética de la democracia por tanto pasa para esta Catedrática de Filosofía Moral de la Universitat de València y Directora de la Fundación ÉTNOR por conseguir no sólo que los ciudadanos y sus instituciones (políticas, educativas, sanitarias, económicas, entre otras) se sepan protagonistas de su tiempo sino sobre todo que quieran serlo con criterios de justicia y de compasión. Donde las personas “se saben y se sienten interlocutores válidos, como seres dignos de respeto y compasión” y respetan a los otros en la misma medida.

lunes, 7 de febrero de 2011

Feuerbach: "Wider den Dualismus" (III)

Última parte de la traducción de los fragmentos más destacados de la obra de Feuerbach, "Wider den Dualismus von Leib und Seele, Fleisch und Geist".


El alma no piensa ni siente – pues el alma es sólo la función o fenómeno del pensamiento, de la sensación y de la voluntad personificada e hipostasiada, convertida en una esencia.
.
La ciencia, al menos la analítica, está directamente, por tanto, en contraposición con la vida; ella  [la ciencia] va de lo exterior a lo interior, pero la vida va de lo interior a lo exterior; ella [la ciencia] busca la vida en las profundidades, y la vida se encuentra únicamente en las mesetas; ella [la ciencia] busca la esencia [o el ser = Wesen] más allá de los sentidos, mientras que ésta [la esencia] se encuentra, existe, ya también en los sentidos mismos.
.
Lo que una esencia [o ser = Wesen] desvela a sus sentidos en su forma, movimiento y modo de vida, sólo eso es su alma y su esencia. La individualidad -el espíritu de un hombre- se muestra como tal no sólo en su marcha visible, sino también en la audible. Conocemos una persona por sus meros pasos aún antes verla. Y el hombre comunica voluntariamente a los demás hombres sus más internos pensamientos, sentimientos y deseos por medio del órgano del habla [...] La sensualidad es la ultima ratio, la summa summarum; el conocimiento de los sentidos es el conocimiento de las últimas cosas en las que todos los secretos son desvelados.
.
La muerte misma no es más que la última manifestación [=exteriorización] de la vida, la vida consumada.
.
La respiración no es sólo requisito de la vida, es también un acto vital positivo, esencial, lleno de deleite [...] Vivir, sentir, significa exteriorizar la vida, las sensaciones. Y cuanto más enérgica es tu sensación, tanto más necesaria es la exteriorización; cuanto más cierta, intensa, esencial es tu sensación y disfrute, tan más se expresa ella también exteriormente de forma sensible. Efectivamente, lo que no eres sensiblemente, no lo eres en absoluto. Uno puede esconder, contener, pensamientos, intenciones, convicciones y afectos particulares, pero no su esencia. Tu esencia radica, a pesar de tu saber y voluntad, en los sentidos.
.
La sensualidad [Sinnlichkeit] es la realidad. Los frutos de la vida crecen y se originan en el interior, pero sólo maduran cando afectan a los sentidos. La esencia [o ser = Wesen] que no es objeto de los sentidos, es como el niño en el seno materno; sólo la esencia visible, sensible, es la esencia completa. La sensualidad es la perfección. Por tanto, si vas más allá del punto de vista de la sensualidad, de la intuición vital, entonces haces de una esencia perfecta una imperfecta; la mutilas y fragmentas, la descompones en sus elementos, en sus componentes.
.
La escisión del hombre en cuerpo y alma, en una esencia sensible y una no sensible, es únicamente una [separación] teórica; en la praxis, en la vida, negamos dicha escisión.
.
El cuerpo constituye la existencia del hombre; hacer abstracción del cuerpo significa eliminar la existencia; quien ya no es sensible, ya no es más. ¿Puedes, ahora bien, separar la esencia [Wesen] de la existencia? Ciertamente en el pensamiento, pero no en la realidad. La supresión de mi existencia es la supresión de mí mismo [...] El dolor, la sensación por excelencia, no es más que la muy comprensible ruidosa protesta en contra de la diferenciación y escisión de cuerpo y alma, existencia y esencia, que hace el pensamiento abstracto.
.
¿En qué se diferencia, entonces, el hombre de los animales? ¿En que él tiene algo que el animal no tiene? ¡No! Simplemente en que él, en tanto que hombre, tiene y es lo mismo que el animal, en tanto que animal, tiene y es. La sensación del animal es una [sensación] animal; la del hombre, humana. [...] El hombre se diferencia de los animales únicamente en que él es el superlativo viviente del sensualismo [Sinnlichkeit], la esencia absolutamente sensible y sintiente del mundo. Él tiene en común con los animales, pero sólo en él la sensación de los sentidos se convierte, desde una esencia relativa supeditada a los bajos y elementales fines vitales, en una esencia absoluta, que disfruta de sí y es fin en sí misma.
.
La esencia del hombre, la sensualidad, no es una [esencia] fantástica, un abstracto, el “espíritu”; así, todas las filosofías, religiones e instituciones que contradicen a este principio están no sólo equivocadas sino que también son funestas en sus fundamentos. Si queréis mejorar a los hombres, entonces hacedlos felices; pero si queréis hacerlos felices, entonces id al origen de todas felicidad, de toda alegría –a los sentidos.
.
El hombre debe su existencia sólo a la sensualidad. La razón, el espíritu, hace libros pero no hombre alguno.
.
Donde existe la multiplicidad, allí existe –decían ya los aristotélicos- la materia – la base abstracta o, más bien, representación de la sensualidad.
.
Pero como el hombre no debe aún hoy su existencia a la razón, sino a la sensualidad, así no debe tampoco su génesis originaria a Dios alguno, es decir, a ninguna esencia abstracta, a ninguna esencia espiritual o racional, sino únicamente a la naturaleza sensible.
.
El hombre no puede ni debe negar los sentidos; no obstante, los niega en contradicción con su naturaleza, por lo que debe volver a aceptarla, pero él no puede aceptarla más que de un modo negativo, fantástico, alocado, que se contradice a sí mismo. La esencia infinita a la que el hombre sacrifica sus sentidos en la religión, no es más que la esencia del mundo en tanto que no-mundano, la esencia de la sensualidad en tanto que esencia no-sensible, como objeto de la fantasía o también del entendimiento. Dios es la esencia o conceptualización de todo lo bueno, de todas las esencialidades, esto es, de todas las realidades sensibles.
.
¿Qué es el “espíritu”? ¿Cómo se comporta en relación a los sentidos? Como el género en relación a las especies [tipos, modos] en que se manifiesta. El sentido es universal e infinito, pero únicamente en su ámbito, en su especie; el espíritu, al contrario, no está limitado a ningún ámbito determinado, completamente universal; es el nexo, la unidad de los sentidos, la conceptualización [esencia] de todas las realidades, mientras que los sentidos son sólo esencias de realidades determinadas, exclusivas. El espíritu es, por tanto, no-sensible, suprasensible, en la medida en que va más allá de la particularidad y limitación de los sentidos; fusiona su espíritu provincial en el espíritu universal; pero, a su vez, es también la esencia de la sensualidad en la medida en que no existe nada más que la unidad universal de los sentidos.
.
La evocación [fuerza de la imaginación] es el medio más seguro para el imperio de la vida en el imperio sombrío del espíritu. En la evocación la esencia sensible se convierte en esencia pensada, lo corpóreamente ausente se hace presente; la imagen del objeto sustituye o suple para mí al objeto mismo. Lo que ya he visto, no necesito volverlo a ver; una vez es suficiente. La evocación, el recuerdo, es, por tanto, el primer medio, espacio y tiempo, de ahorrar, es decir, de ganar, el primer medio por el cual el hombre explota al mundo en su beneficio y se sitúa en el lugar de todas las cosas.
.
La razón es una deducción, pero tanto las premisas como las conclusiones de esta deducción son esencias sensibles; el objeto de la razón es sólo mediar, hacer de cópula entre esencias, pero no la de engendrar esencias.
.
ENDE

domingo, 23 de enero de 2011

Feuerbach: "Wider den Dualismus" (II)

Segunda parte de la traducción de la obra de Feuerbach Wider den Dualismus von Leib und Seele, Fleisch und Geist. Recuerdo que los comentarios en cursiva y entre paréntesis son míos. (Ver entrada anterior).


Cuando el psicólogo dice: “yo me diferencio de mi cuerpo”, eso es simplemente decir tanto como lo que dice el filósofo en la "Lógica" (referencia a Hegel) o en la "Metafísica de las Costumbres" (referencia a Kant): “Yo hago abstracción de la naturaleza humana”. ¿Es posible abstraerte de tu esencia? ¿No te abstraes, pues, tú mismo como hombre? ¿Acaso piensas sin cabeza? ¿No es tu cabeza, sin embargo, una cabeza humana? Los pensamientos son “almas escindidas”. Bien; pero ¿no es también el alma escindida aún una fiel imagen del hombre previamente corpóreo? ¿Los conceptos universales metafísicos, los conceptos de Ser y Esencia, no se cambian a sí mismos en cuanto cambia el Ser y la Esencia real del hombre? ¿Qué significa entonces el abstraerse de la naturaleza humana? Nada más que el hecho de que, con ello, me abstraigo del hombre tal y como él es objeto de mi conciencia y pensamiento, pero nunca, en ningún caso, del hombre que se encuentra tras mi conciencia, es decir, de mi naturaleza, a la cual, nolens volens, mi abstracción está indisolublemente ligada. Así pues, como psicólogo, también te abstraes del cuerpo en el pensamiento, pero, no obstante, estás ligado en esencia de la forma más íntima a él [al cuerpo]; es decir, te piensas diferenciado de él [del cuerpo], pero por ello no eres en absoluto algo diferenciado de él. La diferenciación entre pensar y ser no está superada en la psicología.
Al igual que la divinidad, tampoco el alma es un objeto de la “experiencia” y de la “certeza inmediata”, tal y como muchos imaginan; ella debe su existencia, más bien, únicamente a una deducción, y la base de esta deducción, la premisa, es principalmente la identidad o “simplicidad” de nuestro sentimiento propio, de nuestra conciencia.
.
Simplemente esta identidad o simplicidad de nuestra conciencia o Yo –tal y como el psicólogo considera como punto de partida de su deducción sobre [la existencia] de un alma o, más aún, como prueba efectiva de tal- no es ello mismo ningún hecho inmediato, sino un producto de la abstracción y la reflexión. Nuestro Yo, nuestra conciencia, es, en realidad, tan diversa como el contenido de la misma.
.
El sentimiento de mí mismo es siempre el sentimiento de un Yo determinado, de una condición determinada de mi ser y esencia; no tengo nunca un sentimiento abstracto, aislado, de mí mismo, como sentimiento propio en tanto que una esencia simple, inmaterial, diferenciada del cuerpo; nunca he pensado sin cabeza ni sentido sin corazón; únicamente en la reflexión sobre mí separo los pensamientos de la cabeza y los sentimientos del corazón; sólo en la reflexión los hago autónomos por sí mismos en un sujeto o esencia que siente, piensa y se diferencia del cuerpo.
.
(Feuerbach constata que los pensamientos, sentimientos y percepciones de cada uno de nosotros cambian a lo largo de la vida. No pensamos, ni sentimos, ni percibimos, de hecho, igual de niños que de adultos.Y sin embargo, a pesar de estos cambios, seguimos siempre siendo la misma persona. A este respecto, pregunta Feuerbach):
¿No ha cambiado, sin embargo, mi esencia fundamental, o efectivamente ha cambiado también esta esencia fundamental, el tipo, la edificación, la constitución, la forma, brevemente, la individualidad de mi cuerpo? ¿Es, entonces, la identidad de mi esencia diferente e independiente de la identidad de mi cuerpo? ¡No!, Yo soy el mismo únicamente en el mismo cuerpo.
.
(Feuerbach, a continuación, defiende y afirma la naturaleza sensible del cuerpo físico como absoluta unidad y totalidad del yo, tanto material como espiritual. Con ello, por tanto, queda patente que la filosofía de Feuerbach se opone al materialismo reduccionista, el cual, en opinión de Feuerbach, peca de los mismos actos de abstracción de la realidad humana que la filosofía idealista):
Cuando se reduce el cuerpo orgánico a determinaciones abstractas materiales –tal y como aquí [lo] reducen [los materialistas abstractos] a la determinación de una cosa divisible, compuesta por partes-, entonces es evidentemente necesario explicar, a partir de una esencia particular ficticia de propiedades contrapuestas, los fenómenos del cuerpo orgánico que contradicen esta determinación y representación [del cuerpo orgánico]. Sin embargo, estas propiedades las posee ya el cuerpo orgánico en tanto que cuerpo en sí. Él es, a pesar de la multiplicidad de sus partes, “una cosa”, una unidad individual, orgánica. Esta unidad orgánica es el principio de la imaginación y la sensación.
.
(Esta afirmación por parte de Feuerbach del cuerpo mismo como totalidad de la esencia humana, sin abstracción de ninguna de sus capacidades y facultades, le lleva a afirmar una suerte de continuidad y co-pertenencia entre el alma y el cuerpo físico mismo. Es decir, Feuerbach afirma el carácter "espiritual" del cuerpo y, a su vez, el carácter "corpóreo" del alma):
La oposición entre cuerpo y alma no es sostenible lógicamente. Las oposiciones caen, expresado lógicamente, en uno y el mismo género esencial. El Bien se contrapone al mal y el género es la moral, la voluntad; el bienestar se contrapone al malestar, y el género es la sensación; lo dulce a lo ácido, y el género es el sabor; el hombre a la mujer, y el género es el ser humano; lo infinito a lo finito, y el género es la cantidad. Así, el cuerpo y el alma son oposiciones que, en tanto que modos o tipos, caen bajo uno y el mismo género. El cuerpo es, por ejemplo, lo espacial, de forma que el alma es lo temporal, pero el género es la sensualidad [Sinnlichkeit]; el cuerpo es lo compuesto de forma tal que el alma es lo sencillo, pero el género es [...] el tamaño [...] o la cualidad.
.
La vida es el “punto de vista de lo absoluto”; la ciencia, la teoría, el punto de vista de la finitud. La vida une, el conocimiento separa,
.
La verdad no es ni el materialismo ni el idealismo, ni la fisiología ni la psicología; sólo la antropología es verdad; sólo el punto de vista de la sensualidad, de la intuición, es verdad, pues sólo este punto de vista me da la totalidad y la individualidad.

lunes, 17 de enero de 2011

Feuerbach: "Wider den Dualismus" (I)

Sigo ahora con la serie de posts dedicados a la presentación de algunos de los textos de Ludwig Feuerbach que, desafortunadamente, permanecen intraducidos  al castellano y, ni siquiera, al inglés.El texto sobre el que me centraré, publicado originariamente en 1846, es el de Wider den Dualismus von Leib und Seele, Fleisch und Geist (= Contra el dualismo de cuerpo y alma, carne y espíritu), el cual puede leerse en su idioma original (alemán) en Gesammelte Werke [ed. de W: Schuffenhauer], Tomo IX, pp. 122-150 y en Werke in sechs Bänden [ed. de E. Thies], Tomo III, pp. 165-197.
Tal y como ocurría en la traducción anterior, recuerdo aquí que no me dedico a ello de manera profesional y que es ciertamente posible que incurra en equívocos y fallos de traducción, o que mi interpretación de las palabras de Feuerbach no sea la más adecuada de todas. Así mismo, también como hice en el caso anterior, la traducción que aquí presente NO es de la obra completa, sino sólo de algunos parrafos y fragmentos de la misma. En cualquier caso, seguiré insertando comentarios de mi puño y letra (marcados en cursiva y paréntesis) cuando lo estime oportuno para, así, contextualizar algunas de las ideas presentadas por Feuerbach.


Wider den Dualismus von Leib und Seele, Fleisch und Geist (1846)

.
En el deseo y en el disfrute de la comida, nada sé del estomago; en la sensación como tal, como objeto de la psicología (= psyché + logos = ciencia o conocimiento del alma), nada de los nervios; en el pensamiento como tal, nada del cerebro. Querer deducir de esta carencia subjetiva de nervios y cerebro una esencia incorpórea carente objetivamente de cerebro y nervios, es justamente tanto como si quisiese deducir del hecho de que no supiese ni sintiese que tengo padres el hecho de que yo existo por mí mismo, que el origen de mi existencia no depende de ninguna otra esencia. De hecho, en la psicología, todos somos sin excepción Kaspar Hauser (1) ; no sabemos nada de la genealogía de nuestros sentimientos, imaginaciones y pretensiones de voluntad, y no queremos saber nada de ellas al igual que aquél emperador austriaco que prohibió investigar su origen porque alguien podría dar, en último término, con un sastre o un porquero como fundador de la Casa imperial; nos consideramos a nosotros mismos, por tanto, como descendientes desde siempre de sangre noble porque nuestro origen radica, más allá de nuestra conciencia, en la sangre plebeya, porque nos faltan la información de nuestro origen. En la psicología el sujeto y el objeto son idénticos; en la fisiología, diferentes. Para mí mismo soy objeto psicológico, pero fisiológicamente soy [objeto] para otra persona; la sensación que me produce mi estómago cuando tiene hambre o mi cerebro cuando piensa, es sólo objeto para mí mismo, pero es objeto de la fisiología y de la anatomía. Mi cerebro o mi estómago no puede ser nunca para mí objeto de la intuición; sólo puede serlo para otro.
.
El vivir, el sentir, el imaginar, es apreciado sólo inmediatamente como tal por medio de sí mismo; es indisociablemente indistinguible de la esencia, sujeto u órgano que vive, siente e imagina.
.
Ciertamente no sólo diferencio, al menos teóricamente, mi cuerpo, en tanto que objeto de mis sentidos orientados al exterior, de otros cuerpos, sino también de mí mismo; pero de mi organismo interno, especialmente del órgano del pensamiento, del cerebro, no puedo diferenciarme. Ciertamente, en la fuerza de la imaginación, puedo representarme mi cerebro como objeto y así diferenciarme de él, pero esta diferenciación es sólo una diferenciación lógica o, más aún, imaginaria, pero en absoluto real; pues efectivamente no puedo pensar, no puedo discernir, sin actividad cerebral; el cerebro del cual me diferencio es sólo un cerebro pensado, imaginado, no real; niego únicamente mi relación imaginada, consciente, con el cerebro, pero no mi relación inconsciente.
.
El acto cerebral es el más elevado, el acto que nos condiciona o constituye a nosotros mismos – un acto que, por tanto, ya no puede ser percibido como un [acto] diferenciado de nosotros.
.
Los actos cerebrales, en tanto que los más elevados actos, son idénticos, indistinguibles de la actividad material, objetiva, voluntaria. Incluso para nuestra conciencia el pensamiento es una actividad tanto voluntaria como involuntaria. Ella [la conciencia] es para nosotros una [actividad] absolutamente subjetiva, pero sencilla y llanamente porque en ella [en la conciencia] desaparece la oposición entre actividad subjetiva y objetiva. Percibo al estómago –al que unas veces lleno y otras vacío-, al corazón –al que oigo y siento latir-, a la cabeza –en tanto que objeto de los sentidos orientados al exterior-, dicho brevemente, a mi cuerpo, únicamente a través del acto cerebral; él ya no es para mí, por tanto, al menos de forma inmediata, objeto alguno, nada diferenciado de mí. Desde esta imperceptibilidad y carácter no objetivo del acto cerebral, el fetichismo psicológico da explicación también de los pueblos antiguos y de todos los hombres incultos que sitúan el “alma”, el “espíritu”, en el latido del corazón o en el acto de la respiración en vez de en el acto cerebral.
------------
(1) Kaspar Hauser (¿1812?-1833), fue un adolescente alemán famoso en Europa por el misterio en torno a su origen y a su muerte. Su carácter era el de un niño salvaje por lo que se sabe que creció en cautiverio en completo aislamiento. Desde su aparición se especuló sobre su posible pertenencia a una casa real, en particular a la familia gobernante en  Baden. Ha sido llamado "el húerfano de Europa". Su estado mental era tal que levantó el interés de juristas, teólogos y pedagogos que llevaron a cabo multitud de ensayos para enseñarle a hablar, leer y escribir. Su mentor y representante legal, el padre de Feuerbach, Anselm von Feuerbach, describió que en un principio la leche y la carne le daban asco a Kaspar y que sólo se alimentaba con pan y agua. Se descubrió asimismo que había sido mantenido cautivo durante mucho tiempo aunque nunca se consiguió levantar el secreto de su procedencia.

jueves, 13 de enero de 2011

Neurociencia: ¿Existe un instinto moral?

Tercera confrencia de Francisco José Rubia Vila, en el marco del ciclo de conferencias "Cerebro, mente y conciencia: nuevas orientaciones en neurociencia".

lunes, 3 de enero de 2011