jueves, 14 de enero de 2010

Estrategias del mal gusto (I): ¿Obscenidad y Pornografía?

Hablar de erotismo, como de pornografía, es algo absurdo en términos generales. El comportamiento del hombre es siempre demasiado maleable (dependiente de reglas específicas, tradiciones, leyes y conductas) como para que uno se convierta en el juez supremo del género humano. Cada civilización ha albergado, como hoy alberga, ejemplos de ese llamado “erotismo pornográfico” cuya razón de ser se esconde, al margen de los estipulados estéticos y los análisis teóricos sobre este asunto, en el puro deseo animal. Bajo la clásica distinción entre las dos naturalezas del hombre (la de ser parte de lo sublime y parte de las bajezas e instintos animales) podemos decir que la visión erótica, ya sea festiva o artística, se entremezcla con el deseo corpóreo innato al ser humano que emana en tantas obras artísticas de toda clase. Asimismo, ¿qué decir del mito de una inocencia posible frente al “erotismo pornográfico”?; es decir, ¿del mito de que, frente a lo inocente (puro, casto, inmaculado), la pornografía corrompe las virtudes humanas? La serie de posts que voy a dedicar sobre este tema pretenden descubrir las falacias sobre las que está apoyado el ideario puritano y demagogo de quienes hacen tajantes delimitaciones entre seducción y obscenidad, pornografía y erotismo, buen y mal gusto...

4 comentarios:

  1. Estoy esperando impaciente... pero dime, pondrás fotos? eh?

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  2. Pues si encuntro alguna que venga al caso, por qué no? U_U xD

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  3. ¿Qué tal? Pasaba a visitar tu blog, tienes cosas muy interesantes, pero creo que sobre todo, al igual que el anónimo, estaré esperando esta serie de posts. Saludos.

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  4. Hola JNR:
    Bienvenido a estos lares. A ver si encuentro tiempo y me pongo con ellos.

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