viernes, 27 de febrero de 2009

Sobre Feuerbach

(Hier, auf Deutsch)
Este post es la respuesta a la pregunta de Joseph sobre la importancia de Feuerbach en el seno de la Historia de la Filosofía.

La pregunta por el puesto de Ludwig Feuerbach en el seno de la discusión filosófica contemporánea se deja contestar, sin duda, con "nimiedad". El hecho es, qué papel debería desempeñar un pensador que se ha ocupado de forma excelente del Idealismo especulativo en un época que ha traído consigo, tras de sí, su culminación -en sentido hegeliano. De hecho, y en cierta manera, la facticidad histórica permanece inalterada desde entonces, no sólo respecto a la suposición filosófica de un Espíritu Absoluto absoluto rector de la Historia (cuestión a parte, la naturaleza de ese "espíritu", ya sea inmanente -la propia humanidad- o trascendente), sino también respecto a la suposición de que la Historia crea una conciencia colectiva. En otras palabras: en la misma medida en que la disolución teórica de la relación dialéctica del Ser y de la Conciencia era aplazada en el terreno filosófico del que somos herederos, seguía en vigencia, sin embargo, el poder histórico de esa relación dialéctica, situándose a la inquisidora humanidad en una realidad descompuesta en la que ni siquiera –a pesar de la promesa de Hegel- han permanecido los "conceptos". En definitiva, el proyecto histórico-filosófico de Hegel se ha concluido históricamente, sin que por ello la originada pregunta por la unidad de la realidad humana haya podido ser resuelta. La polémica en torno a esta cuestión, que en el pensamiento de Feuerbach ocupa un lugar central, puede crear, sin embargo, ese espacio teórico-cognitivo dentro del cual la “carrera tormentosa de la Historia” sea detenida para la constitución de una concepción futura sobre la Realidad.

La crítica radical de Feuerbach a Hegel proyecta sus sombras aún ante nuestra época. Anterior a Marx y Engels, quienes han prestado poca atención al peligro de las consecuencias de la determinación de finalidades y objetivos en el seno de la construcción teórica, la crítica de Feuerbach a la realidad conceptual hegeliana señala inmediatamente a la posición problemática de la descompuesta sociedad civil/burgesa. Su proceso de disgregación, en definitiva, puede ser caracterizado por su estructura conceptual abstraida de la realidad. La cual se debe, precisamente, a la propia organización burguesa/civil en términos hegelianos, en la que deja al margen cualquier concepción de "realidad sensible".
La conciencia burguesa se implica en pensamientos abstractos, lo cual extermina los detalles sensibles y, a decir verdad, de forma tan irrevocable que el “sentido común”, en su función intersubjetiva –es decir, ordenar y organizar la inmediata ejecución práctica en planteamientos de la razón sensible-, es arrojado fuera del camino de la razón. La teoría se hace de este modo inaplicable al acontecer humano, pues su método de abstracción se independiza de los objetos sensibles, los cuales, perdidos, no los vuelve a recuperar. De este modo, la teoría debe reformularse para poder incluir en su seno a estos objetos sensibles en la praxis, los cuales podrían, por sí solos, desempeñar el momento unificador de la teoría bajo demostración y constatación. En este sentido, la crítica de Feuerbach al pensamiento abstracto no es menos actual que en los tiempos en que el hegelianismo se encontraba en auge, pues el problema planteado por un pensamiento que hace caso omiso al "Ser" sensible -el cual, en lugar de lo vaticinado, nos proporciona, bajo requisitos constitutivos, un hogar libre gracias la retirada del concepto reificado de realidad- se halla quizás más distante de su solución de lo que estaba entonces...

Über Feuerbach

(Aquí, en Castellano)
Dieses Post ist die Antwort auf die Josephs Frage nach der Wichtigkeit Feuerbachs in der Philosophiegeschichte.

Die Frage nach der Stellung Ludwig Feuerbachs innerhalb der zeitgenössischen Philosophiediskussion läßt sich zweifelsfrei mit "unbedeutend" beantworten. In der Tat, welche Rolle sollte ein Denker, der sich vorzüglich mit dem spekulativen Idealismus auseinandergesetzt hat, in einer Gegenwart noch spielen, die ihre "Vollendung" im Hegelschen Sinne schön längst hinter sich gebracht hat, was bedeutet, dass dis historische Faktizität unberührt bleibt sowohl von der philosophischen Annahme eines die Geschichte ordnenden absoluten Geists als auch umgekehrt von der Annahme, dass Geschichte ein allgemeines Bewusstsein schaffe. Mit anderen Worten: im gleichem Maß, in dem die theoretische Auflösung des dialektischen Verhältnisses von Sein und Bewusstsein sich verzögerte, rollte die geschichtliche Macht der Verhältnisse über die Antipoden hinweg und stellte den fragenden Menschen in eine zerfallende Wirklichkeit, in der nicht einmal -obgleich von Hegel versprochen- die Begriff ganz gebleiben sin. Hegels geschischtsphilosophie Entwurf hat sich geschichtlich zu Ende gebracht, ohne dass die dabei enstandene Frage nach der Einhei der menschlichen Wirklichkeit hätte geklärt werden können. Die Auseinanderstzung mit dieser Fragestellung, der in Feuerbachs Denken zentrale Bedeutung zukommt, kann jenen erkenntnistheoretischen Freiraum schaffen, innerhalb dessen der "Sturmlauf der Geschichte" angehalten wird zwecks Konstitution einer zukünftigen Wirklichkeit.

Feuerbachs raidikale Hegel-Kritik wirft ihre Schatten voraus in unsere Zeit. Vorbei an Marx und Engels, die der Gefahr der Verselbständigung von Zwecksetzungen innerhalb der Theoriebildung zuwenig Beachtung geschenkt haben, weis Feuerbachs Kritik der Hegelschen Begriffswirklichkeit unmittelbar auf die Problemlage der zerfallenden bürgerlichen Gesellschaft, deren Zersetzungsprozess genau dadurch gekennzeichnet ist, dass der abstrakten Begriffsstruktur, der sich die bürgerliche Verfassung verdankt, keine innliche Wirklichkeit mehr zugrunde liegt.

Das bürgerliche Bewusstsein verstrickt sich in abstraktem Denken, welches die sinnlichen Einzelheiten auslöscht, und zwar so unwiderruflich, dass der "gesunde Menschenverstand" in seiner intersubjektiven Funktion, nämlich den unmittelbaren Praxisvollzug nach Geschichtpunkten der sinnlichen Vernunft zu ordnen, aus der Bahn der Vernunft geworfen wird. Macht Theorie sich dadurch unübersetzbar ins menchsliche Handlungsgeschehen, dass ihr Abstraktionsverfahren sich soweit gegenüber den sinnlichen Gegenständen verselbständigt, dass es in diese nicht mehr zurückfindet, dann muss Theorie sich neu bilden, um jenen Bogen zur Praxis schlagen zu können, der allein dazu imstande wäre, das einheitsstiftende Moment von Theorie unter Beweis zu stellen. In diesem Sinne ist Feuerbachs Kritik am abstrakten Denken nicht weniger aktuell als zu Zeiten der Hegelnachfolge, denn das Problem des vom sinnlichen Sen abziehenden Denkens, welches uns statt der versprochenen, unter konstitutiven Bedingungen stehenden Wirklichkeit nur deren Abzug frei Haus liefert, ist vielleicht weiter von seiner Lösung entfert al je zuvor...

jueves, 26 de febrero de 2009

El pensar encarnado...

"No quieras ser filósofo diferenciándote del hombre, no seas nada más que un hombre que piensa; no pienses como pensador, es decir, en una facultad arrancada de la totalidad de la esencia real del hombre y aislada para sí; piensa como ser viviente y real, como quien está expuesto a las olas vitalizantes y refrescantes del mundo; piensa dentro de la existencia, dentro del mundo como un miembro del mimo, no en el vacío de la abstracción, como una mónada singularizada, como un monarca absoluto, como un Dios impasible y extramundano –y entonces podrás estar seguro de que tus pensamientos son unidad de pensar y ser."

(L. FEUERBACH, Grundsätze der Philosophie der Zukunft, §52 )

miércoles, 25 de febrero de 2009

John Keane: "Democracia monitorizada"

Necesita tener el Flash Player


El pasado día 5 de este mes, John Keane, Catedrático de Filosofía Política en la Universidad de Westminster (London) visitó nuestra pequeña Universidad, la Jaume I de Castellón, con el fin de impartir un interesante seminario sobre sus aportaciones a la Teoría Política y la estrecha y compleja relación entre Sociedad Civil, Economía y Estado. Además, invitado por el Departamento de Filosofía y Sociología de la UJI, pronunció una muy interesante Conferenca pública con el título "The future of the representative democracy". Esta conferencia se enmarca, por lo demás, dentro de un Ciclo que lleva por título La democracia hoy: el papel crítico de la Sociedad Civil.
Para aquellos que tengan interés en escuchar la conferencia de Keane, está disponible en el Servidor de Video de la UJI. Sólo dos advertencias: la conferencia está en inglés, y el video dura "poco más" de hora y media. En cualquier caso, si tenéis tiempo, os animo a verla.
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PS: en su blog, Amigo de la Dialéctica hace un resumen claro y conciso sobre el contenido de dicha conferencia.

martes, 17 de febrero de 2009

Teoría Feminista (II): "Igualdad o diferencia"

Cerraba el post anterior sobre Teoría Feminista afirmando que la lucha feminista, como tal, es mucho anterior a la aparición de un corpus sistematizado de reflexión filosófica en torno al -y desde el- feminismo; y que la Teoría Feminista, como tal, no se desarrolla hasta los años '70 del siglo XX ("tercera oleada del feminismo").

De hecho, en lo referente a los momentos del feminismo, si bien es usual hablar de tres “oleadas”, yo creo que, siguiendo a Celia Amorós, es más conveniente reconocer "cuatro olas" y no tres. En este sentido, podríamos definir la primera ola del feminismo como aquella que corresponde al siglo de la Ilustración. Aunque este primer momento suele ser obviado dentro de las construcciones diacrónicas del feminismo, creo no podemos menos que considerar que en el siglo XVIII se abrió una primera puerta a la esperanza en el momento en que la defensa del valor de la igualdad suponía la posibilidad de subterfugio de todo tipo de dominación y subordinación, incluido las de las mujeres. Un ejemplo paradigmático de lo dicho, lo constitye, por ejemplo, el papel desempeñado durante la Revolución Francesa por Théroigne de Méricourt, conocida como la "Primera amazona de la Libertad". Considerado ésto, la segunda ola del feminismo haría referencia, por tanto, a la lucha sufragista del siglo XIX.
El feminismo de las primeras épocas partirá, en cualquier caso, de un concepto de igualdad según el cual las diferencias, reconocidas, entre hombres y mujeres no han de suponer, en ningún caso, una desigualdad en la capacidad de razonar, queriendo ésta ser neutral con respecto del sexo. Sin embargo, con la tercera ola (años `70) se empieza a problematizar la importancia de esas diferencias entre sexos y su posible influencia en relación con el concepto de igualdad. Y será entonces cuando la Teoría Feminista adquiera un papel crucial en la elaboración teórico-práctica (praxis) de nuevos instrumentos y estrategias –por ejemplo, modelos explicativos tales como el concepto de género y el sistema sexo/género- desde los que construir la crítica contra el patriarcado como sistema universal de poder y dominación.

Sin embargo, precisamente gracias a este desarrollo de la Teoría Feminista, se irá produciendo paulatinamente una mayor relevancia del feminismo de la diferencia, es decir, aquel que ve en la subjetividad “femenina” un hecho diferencial sustantivo y radical que necesita ser reafirmado para conseguirse una auténtica emancipación y liberación de las mujeres, llegando incluso a realizar una considerable intento de deconstrucción del concepto de mujer y lo femenino definido desde los patrones patriarcales.
Posteriormente, se producirá también un aumento de la conciencia de la diferencia no sólo entre mujeres y hombres, sino también entre las propias mujeres. Las diferencias de clase, de sexualidad, étnicas, ideológicas, religiosas,… todas ellas, configuran un panorama aún más complejo del que pueda parecer a simple vista, y por ello resulta más difícil hablar de forma genérica de una experiencia única de las mujeres. Muchas feministas y teóricas del feminismo renunciarán, por tanto, a un concepto de mujer único definido desde los parámetros de “mujer blanca, occidental, heterosexual, de clase media-alta”: será lo que denominaremos cuarta ola del feminismo.

Finalmente, conviene mencionar que la controversia entre el feminismo de la igualdad y el de la diferencia ocasiona, en ambas partes, problemas a tener en cuenta dentro de la Teoría Feminista. Por un lado, el feminismo de la diferencia, en su punto más extremo, y al renunciar al concepto de sujeto femenino –por considerarlo una construcción sometida desde los parámetros patriarcales-, problematiza el que se puedan encontrar estrategias políticas para un sujeto sometido al que ya de por sí renuncian, siendo difícil tratar adecuadamente la subordinación de las mujeres. Y por otro, cuando defiende el hecho sustancial y diferencial de ser mujer, no puede evitar caer, contradictoriamente, en cierto esencialismo. Por su parte, el feminismo de la igualdad no puede renunciar a un concepto de sujeto femenino –a pesar de ser un sujeto construido y sometido-, ni a un concepto de igualdad universalista construido desde los parámetros del patriarcado. Por ello, el actual camino en la Teoría Feminista consiste, principalmente, en la búsqueda de un nuevo concepto de igualdad que a su vez sea sensible a tales diferencias, pudiéndose reconciliar en parte ambas posturas.

Quizás, al fin y al cabo, la emancipación de la mujer es una cuestión en la que la teoría, lo general, no puede imponerse sobre la vivencia personal y privada de cada una de las mujeres concretas y determinadas, de forma tal que cada una de ellas es la que debería, en último término, tener la última palabra sobre su proyecto emancipatorio propio. Ya que no dejamos de movernos en el terreno filosófico, cuanto más rica, diversa -e incluso divergente- sea la Teoría Feminista, más herramientas conceptuales -y por tanto, posibilidades- podremos tener para, desde nuestras esferas de actuación, dinamitar las estructuras del Patriarcado moderno. Sobre este concepto, en cualquier caso, me centraré en una tercera entrega de esta serie de posts.

viernes, 13 de febrero de 2009

Wislawa Szymborska

Hoy quiero compartir con vosotros dos poemas de una de las escritoras que más me gusta. Siempre es un placer leerla y, sobre todo, releerla. Esta genial literata no es otra que la polaca Wislawa Szymborska (1923- ). Aunque no muy conocida, lo sólido de su escritura y su carácter socialmente comprometido (en cierto modo, su estilo se haya influido por el realismo socialista), hicieron que obtuviese el Premio Nobel de Literatura en 1996. Disfrutad con ella ;)


LA ALEGRÍA DE ESCRIBIR

¿Hacia dónde corre por el bosque el corzo escrito?
¿A saciar su sed a orillas del agua escrita
que le calcará el hocico cual hoja de papel carbón?
¿Por qué alza su cabeza? ¿ha oído algo?
Sobre sus cuatro patas, prestadas por la realidad,
levanta la oreja bajo mis dedos.
Silencio -palabra que cruje en el papel
y separa las ramas que brotan de la palabra “bosque”.

A punto de saltar sobre la página en blanco acechan
letras que acaso no congenien,
frases tan insistentes
que consumarán la invasión.

Una gota de tinta contiene una sólida reserva
de cazadores apuntando con un ojo ya cerrado,
preparados para el descenso por la pluma empinada
para cercar al corzo y llevarse el fusil a la cara.

Olvidan que esto, lo de aquí, no es la vida.
Aquí, negro sobre blanco, rigen otras leyes.
Un abrir y cerrar de ojos durará cuanto yo quiera,
se dejará fraccionar en entidades minúsculas
llenas de balas detenidas en pleno vuelo.
Nada sucederá si yo no lo ordeno.
Contra mi voluntad no caerá la hoja,
ni una brizna se inclinará bajo la pezuña del punto final.

¿Existe pues un mundo
cuyo destino regento con absoluta soberanía?
¿Un tiempo que retengo con cadenas de signos?
¿Un vivir que no cesa si ese no es mi deseo?

Alegría de escribir.
Poder de eternizar.
Venganza de una mano mortal.


EN LA TORRE DE BABEL

¿Qué hora es? -Sí, soy feliz,

sólo me falta un cascabel en el cuello

que te tintinee al cuello cuando duermas
¿De veras no oíste la tormenta? El viento azotó los muros;
como un león bostezó la torre con su enorme puerta
y sus goznes chirriantes
. —¿No lo recuerdas?
Llevaba un simple vestido gris
abrochado en el hombro. —Acto seguido,
el cielo estalló en infinitas chispas,
—¿Cómo iba a entrar?
¡No estabas solo! —De repente, vi colores
anteriores a la creación de la vista
. —Lástima
que no puedas prometerlo. —Tienes razón,
quizá fue un sueño
. —¿Por qué mientes,
por qué me llamas por el nombre de la otra?,
¿la amas todavía? —¡Oh, sí, quisiera
que te quedaras conmigo!
—No soy rencorosa,
debiera haberlo adivinado.
¿Sigues pensando en él? —No, no lloro.
¿Eso es todo?
—Como a ti, a nadie.
Al menos eres sincera. —Tranquilo,
dejo la ciudad. —Tranquila,
me voy de aquí
. —Tienes unas manos preciosas.
Es una vieja historia, el acero me atravesó
sin tocar el hueso
. —De nada,
querido, de nada. —No sé
ni quiero saber qué hora es
.

jueves, 12 de febrero de 2009

Efemérides: Darwin y Lincoln

Hoy nos recuerda Eduard Punset en su blog que, en tal fecha como hoy, en 1809 (hace 200 años) nacieron tanto Charles Darwin como Abraham Lincoln. Por falta de tiempo, no me voy a dedicar a comentar nada al respecto, pero aquí os dejo el video que aparece en su blog al respecto:


Teoría Feminista (I): "Feminismo y Teoría feminista"

Recientemente he tenido la oportunidad de conversar largo y tendido con algunos compañeros (permítanme el uso del "masculino genérico") sobre cuestiones muy relacionadas con la Teoría feminista: ¿qué es "feminismo", y qué tipos hay? ¿Qué es el "patriarcado"? ¿Qué eso del "sexo" y del "género"? ¿Qué papel político -decididamente político-, juega la teoría feminista desde su reflexión filosófica? ¿Qué es eso de las "identidades"?
A lo largo de las conversaciones he podido apreciar que muchos conceptos clave en lo referente a la teoría feminista son conocidos sólo intuitivamente. Podría parecer trivial, pero considero que, ya que cuando hablamos de "teoría feminista" estamos haciéndolo sobre los fundamentos filosóficos en los que se cimenta el feminismo, para poder comprender y defender coherentemente una postura feminista, es necesario huir de ambigüedades. Esclarecer lo que la reflexión filosófia aporta a -y desde- el feminismo, me parece, pues, de vital importancia. No pretendo, en cualquier caso, sentar cátedra sobre un tema en el que no soy, ni mucho menos, especialista; pero sí que me gustaría recoger con este post -y sucesivos- algunas ideas y conceptos que conversando y compartiendo (como siempre) he podido aprender. Las palabras que siguen a continuación, por tanto, aunque escritas por mí, han sido pensadas colectivamente.

En primer lugar conviene distinguir entre Feminismo, propiamente dicho, y Teoría Feminista, pues ambos conceptos, aunque relacionados, no se refieren a lo mismo. Así, por Feminismo hemos de entender un movimiento crítico y social que surge de la concienciación del hecho de que las mujeres se encuentran en determinadas esferas –política, económica, cultural, social, etc.- en una situación de manifiesta inferioridad con respecto a los hombres, peor valoradas e, incluso, sometidas a ellos. Pero no sólo eso: más allá de una apreciación tal el feminismo supone también la propuesta de un deseo activo por cambiar esta realidad; es decir, la voluntad explícita del reconocimiento efectivo de las mujeres en todas aquellas esferas en que éstas se encuentran supeditadas. Por tanto, el feminismo supone una praxis en la que se conjuga la actividad teorética y la práctica. Y en este sentido, la Teoría Feminista es, precisamente, el conjunto de esa producción teórica y filosófica que se genera en el seno del feminismo. Así, la Teoría Feminista realiza una importante labor de rastreo, de construcción filosófica y de reconceptualización de las estructuras de dominación y poder patriarcal, en una doble tarea: un primer proceso de deconstrucción de la tradición filosófica e intelectual occidental, en el que se revisa la producción filosófica hecha por los hombres y se intenta recuperar las figuras de las mujeres tradicionalmente silenciadas, y un segundo de reconstrucción susceptible de aportar un nuevo marco teórico desde el cual nutrirse los movimientos feministas en tanto que movimientos sociales.
En cualquier caso, es conveniente destacar que mucho antes de la sistematización de la Teoría Feminista ya existían movimientos de vindicación de la mujer, es decir, movimientos feministas. Pues podríamos decir que no será hasta los años ´70 del siglo XX cuando la producción filosófica y teórica feminista adquiera un corpus propio con la comúnmente denominada “segunda oleada” del feminismo –y que, sin embargo, como explicaré quizás en una futura entrada del blog, definiré como tercera.
Me detengo, pues, aquí, y ya otro día continúo con el tema...

martes, 10 de febrero de 2009

De la Vida

Aquí os dejo una pequeña perla del poeta japonés Yamazaki Sokan (1465-1553). Se trata de un hakai no renga, tipo de composición tradicional japonesa formada por una sucesión encadenada de haikus. Sus composiciones fueron muy famosas en su época por su profundidad filosófica. Vale la pena, de hecho, detenerse en la concepción zen que se esconde tras su poema. Callo yo, para que hablen sus palabras, no sin antes disculparme por la traducción.
EL CAMINO (o de la Vida)

1-Ya sabes cuál es el destino, el final del camino. Disfruta del paisaje durante el trayecto; despreocúpate del destino.
2-Lo que importa no es el destino, sino el camino.
3-Del fin del camino, lo único que necesitas saber es que es el fin del camino.
4-Llegados al destino, ya no hay más camino conocido. Y si una vez alcanzado el fin del camino hubiera un nuevo destino al que dirigirse, ya nos preocuparíamos entonces del nuevo camino a seguir.
5-Si te preocupas por el fin del camino, cuando ya sabes de él todo cuanto hace falta saber, no atenderás a los pájaros cantores posados en los arboles saludándote al pasar.
6-Sólo podemos limitarnos a disfrutar del canto de los pájaros durante el corto período de tiempo en que nuestros pasos nos lleven cerca de sus árboles.
7-No tiene sentido intentar atrapar en una jaula a esos pequeños pájaros cantores para que nos acompañen con su canto durante el camino. Pues si así lo hiciésemos, enmudecerían de tristeza y morirían al ser privados de libertad.
8-Vale más dejar libres a estos hermosos pájaros para que amenicen con su canto a otros caminantes.
9-Caminar ensimismados en el recuerdo del canto del canario dificulta apreciar el canto del ruiseñor.
10-Caminar blasfemando por no oír a ningún pájaro cantor, impedirá sentir el susurro de la hierba mecida por el viento.
11-Sólo importa, en el camino, el árbol que ahora nos cobija con su sombra, y el pájaro que en él cante.
12-Dos pasos más adelante, el árbol dejado atrás, o el pájaro en él posado, no tienen ya importancia ni significado alguno, sino los que entonces encontremos en el camino.
13-Del camino, no importa la velocidad ni la zancada de nuestros pasos. Cuanto más rápido vayamos menos pájaros podremos oír y antes se acabará lo que realmente importa: el camino en sí.
14-No tiene sentido pararse y acampar permanentemente a la sombra de un árbol, o embaucados por el canto de un pájaro, porque no son sino un árbol más y un pájaro de tantos.
15-Allá donde un precipicio parece cortar el camino, a izquierda o derecha siempre habrá, aunque sea escondido, un puente por el que cruzar. Quizás varios.
16-Los puentes existen porque siempre ha habido alguien que ya antes recorrió el camino.
17-A veces el camino se divide. No importa cuál de las sendas seguir, pues todas llevan al mismo destino.
18-Elegir una senda u otra, cruzar un vado u otro, un puente u otro, o incluso crearlos uno mismo para uso de futuros caminantes, es decisión del corazón de cada uno.
19-Unas sendas parecen fáciles, otras dificultosas, pero en todas hay pájaros cantores; unas veces más escondidos, otras menos. Sólo hay que saber escuchar; y querer.
20-Llegados al fin del camino, no importa, sin embargo, el número de árboles o pájaros de los que hayamos disfrutado. Sólo importa el haber caminado.
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Fuente. Asataro Miyamori (1932): Antology of haiku ancient and modern, Tokyo, Maruzen.

lunes, 9 de febrero de 2009

De lobos y dioses: "El hombre es..."

Mucho se ha dicho, y se dice, sobre la condición moral del hombre (entiéndase, "ser humano"). Perogruyada es afirmar que la humanidad se caracteriza ontológicamente por su libre albedrío, por la autonomía en sentido kantiano. Pero no lo es tanto, sin embargo, la afirmación defendida por no pocos según la cual el hombre tiene una propensión natural a inclinarse más hacia el mal que hacia el bien. Antropólogos, teólogos, psiquiatras y filósofos así lo afirman y constatan. Menos son, por otro lado, los que continúan, quizás ingenuamente, defendiendo la bondad intrínseca del ser humano y responsabilizando a las circunstancias de todo tipo que rodean al individuo de su naufragio existencial. Permitidme, en cualquier caso, que me muestre escéptico ante unos y otros. Tan simplista es querer ver en el hombre esa "bondad natural" rousseauniana, como la maldad lupina de Hobbes. Y como decía, hablemos un poco de "lobos" y "dioses".

Conocida por todos es la máxima de Thomas Hobbes (1588-1679) según la cual: Homo homini lupus (= El hombre es un lobo para el hombre). Menos conocido es, sin embargo, que la mala fama del lobo se la debemos en realidad a Tito Marcio Plauto (254 a.C.-184 a.C.) cuando afirmaba: Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novis (= El hombre es un lobo para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro). Quizás no fuera tan desencaminado Plauto al darse cuenta ya de que gran parte de la moralidad no puede fundarse en la razón pura y abstracta, sino que, más bien, es el rostro de la persona conocida la que, en último término, nos conmueve e impulsa al bien moral. Pues la moralidad de nuestros actos, si no es entendida en relación al Otro concreto y sensiblemente dado que se nos presenta, poco más allá de las discusiones de salón podremos ir...

En cualquier caso, cualquier definición filosófica que quiera presentarse como tal debería huir de formulaciones en negativo. No es de extrañar, pues, que Plinio el Joven (63-113) afirmara años después, en positivo: Deus est homo homini a quo juvatur (= Para el hombre, el hombre que le ayuda es Dios). La sentencia de Plinio sería recogida literalmente, mucho después, por Joan LLuís Vives (1492-1555), en su "Interpretación esencialmente alegórica de las Bucólicas de Virgilio", escrita, como dictaba el cánon de la época, íntegramente en latín. En cualquier caso, si bien ambas afirmaciones -la de de Plauto y la de Plinio- son ciertas, ¿no es más agradable la segunda? La popular máxima de Hobbes, tomada explícitamente de Plauto, pretendía sin embargo constatar una antropolgía decididamente pesimista que diera sentido a la creación del Leviatán, pero coetáneos suyos, conscientes de lo limitado de una concepción negativa, dieron su réplica en positivo. Así, Francis Bacon (1561-1626) afirmaría, tomando ahora como fuente a Plinio: Iustitiae debetur quod homo homini sit deus non lupus (= A la justicia se debe que el hombre sea Dios para el hombre, no un lobo). En realidad ambos, tanto Hobbes como Bacon, están diciendo lo mismo: sólo en un orden político estable que garatice la justicia, puede el ser humano actuar bajo principios de bondad moral. Pero, claro está, es mucho más elegante la formulación de Bacon que la de Hobbes (precisamente por estar formulada en positivo, y no en negativo). Otros, sin embargo, fueron quizás más inocentes y se revelaron contra la concepción pesimista hobbesiana considerando que el hombre es natural y sustancialmente bueno. Diría taxativamente, sin condiciones, Baruch de Spinoza (1632-1677): Homo homini deus (= El hombre es Dios para el hombre).
También conocida es, finalmente, la máxima que define gran parte de la filosofía de Ludwig Feuerbach (1804-1872): Homo homini deus est. Sin embargo, ya no se trataba, como en los casos anteriores, de una concepción metafórica sobre la naturaleza moral del ser humano (lobo o Dios). Era, con todas las de la ley, la constatación que no hay más Dios que el hombre o, mejor dicho, que toda idea de Dios no es otra que la sustancialización y objetivación de la esencia humana alienada y atribuida a un ser ficticio y ajeno a la humanidad misma. Feuerbach, pues, sienta las bases del humanismo ateo. Pero esto es harina de otro costal, sobre el que ya trataré en otro momento.
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Sólo, como siempre, una reflexión final. La bondad es una virtud (en sentido aristotélico) que exige cultivarse constante e ininterrumpidamente. La maldad, en cambio, puede ejercitarse indiscriminadamente. Por ello, cuando la "verdad" (y le pongo todas las comillas que hagan falta) se oscurece porque la razón se ha desposeído de la ética moral -y en este sentido, como señalaba antes, pierde de vista a cada uno de los Otros, "túes", que se oponen al enseñoreado "Yo"-, entonces, el hombre queda reducido a ese lobo que intuyó Plauto. No hagamos, pues, ya que depende de nosotros, que la última palabra sea la de Hobbes...