viernes, 17 de junio de 2011

Feuerbach y el materialismo de la Ilustración francesa

En cierto sentido, puede afirmarse -creo- que Feuerbach forma parte del movimiento histórico-intelectual de la Ilustración. Armin Schönthaler, en su estudio Emenzipation und Verantwortung (1990) lo menciona ya, por ejemplo, en el subtítulo “Filosofía ilustrada de Feuerbach”, expresando así en su obra cómo se encuentran ya en Feuerbach, de hecho, representaciones, ideas y maneras de pensar que eran ya conocidas por la Ilustración francesa. Oskar Ewald, en su trabajo sobre la filosofía de la Ilustración francesa tituloado Die französiche Aufklärungsphilosophie (1924) extrajo, en este sentido, sus características comunes, a saber:
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  1. Todo conocimiento proviene de los sentidos. Este principio del sensualismo es  también, para feuerbach, tras su ruptura con la especulación hegeliana, un importante momento de su filosofía.
  2. El autoconocimiento está subordinado y es dependiente del conocimiento objetivo. Se trata de una orientación objetiva que se contiene, en la mayoría de los casos, dentro de los límites de la experencia y que progresa en extremo hasta el materialismo.
  3. No existe más que una Naturaleza uniforme que establece leyes universales, constantes y eternas. Esta es la concepción del naturalismo que encontramos también, principalmente, en Feuerbach.
  4. También el hombre se supedita a estas leyes, es un ser natural y la diferencia entre él y los animales y las plantas es, por tanto, únicamente una diferencia de grado. No existe ningún conocimiento de una sustancia espiritual o anímica que le sea propia al hombre a distinción de los organismos de orden inferior.
  5. Lo más elevado a lo que el hombre puede dirigirse es al conocimiento de esta legislación natural y al aprovechamiento práctico y cultural de la misma. El espíritu humano no puede, aún cuando esté tan bien desarrollado, avanzar hasta la supuesta esencia de los fenómenos, sino que debe limitarse a registrar y captar las relaciones que se dan entre tales fenómenos. El máximo desarrollo de esta capacidad es denominado “genio”.
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De estos principios de la Ilustración (compartidos en parte por Feuerbach) se desprenden, además, dos consecuencias:
  • El hombre no es libre, sino determinado por impulsos de su naturaleza. La lucha contra los afectos, inclinaciones y pasiones es, por ello, carente de sentido e, incluso, dañina; pues tal lucha considera falsamente que su eliminación equivale a una condena a la inútil inactividad y pasividad.
  • La Ilustración surge a partir de que los desarrollos histórico-sociales y las adhesiones cristiano-dogmáticas (o religiosas por excelencia) conducen a prejuicios.  Estos prejuicios deben ser resueltos y superados en tanto que los fundamentos históricos son nuevamente reconsiderados y los prejuicios superados por medio de la clarificación científica y racional. Representativo para el pensamiento de la Ilustración es, en este sentido, la obra de Holbach, en especial sus Lettres à Eugénie ou préservatif contre les préjugés (1768) y su Essai sur les préjugés (1770). La Ilustración tematiza, por ejemplo, también los prejuicios masculinos contra las mujeres. Holbach mostró en este sentido un punto de vista bastante moderno. Así, se mostró a favor de una mejor formación y educación de las mujeres y criticó el puesto excepcional reivindicado por los hombres en lo referente a la moral conyugal. Holbach considera como principal traba para el desarrollo de las mujeres su estrecha simpatía por la fe. Las imagionaciones y reperesentaciones religiosas tienen una fuerza tal sobre el ánimo que apenas se puede uno liberar de ellas ya que, por medio de la costumbre, acaban por convertirse en necesidades, siendo los sacerdotes los que sacan partido de esta situación.
Aquí, en este último punto, se encuentra, de hecho, otro de los elementos (si  no el más explícito) que conecta la filosofía feuerbachiana con la Ilustración francesa, de la que, en parte, es heredero.

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